Avui és el dia.

Avui és el dia.
"Sing, sing at the top of your voice, Love without fear in your heart. Feel, feel like you still have a choice...If we all light up we can scare away the dark"

lunes, 9 de febrero de 2015

Vete al cine (PARTE II) ... y sinó luego no llores. By Laia

Y, dicho esto, voy a seguir hablando de cine, pero de otra peli muy distinta.
El tema es que tengo unos amigos que quieren meter al abuelo de la família en una residencia. Yo, como los más asiduos a esta página ya sabréis, sé de qué va el tema por mi abuela paterna, mi "iaia", la meva iaia estimada i enyoradíssima-cada-dia. Mi abuela paterna murió el pasado mes de mayo, el día 17 concretamente. Hacía unos 3 años aproximadamente que tuvimos que ingresarla en una residencia de Badalona. Era una muy buena residencia, la mejor que encontró mi padre, por la que pagaba más de 2.000 € al mes. Aún así, ella empezó a morir de pena el día que pisó aquél lugar. Y te mueres de pena porque no es tu casa, porque no es tu gente, porque tu gente te ha llevado allí y te han dejado sola con muchas personas mayores y algunas jóvenes, a las que les das igual, por muy profesionales que sean, enfermeras o asistentas. Mi abuela tuvo un ictus que la dejó paralizada de medio cuerpo; tuvo que utilizar una silla de ruedas a partir de ese día, para seguir viviendo. Podía mover una mano y un pie, aunque no es suficiente ni para mantenerse de pié ni para cortar la carne, ni para pasar las hojas de un libro sin que éste se mueva, ni para bajarte los pantalones cuando tienes que ir al baño. Mi padre es hijo único y barajó todas las posibilidades antes de tomar esta dura decisión. Y no durmió más, aunque sabía que no lo estaba haciendo mal.

Una residencia es la antesala de la muerte, lo mires como lo mires. Cuando dejas de aprender dejas de crecer, dicen, yo añado que cuando dejas de tener proyectos y de sentirte útil, te mueres.

Mi abuela sonreía cada vez que nos veía entrar por la puerta de la residencia, siempre sonreía. Aunque hubiera pasado media noche llorando porque quería ir al baño y nadie acudía, cuando tocaba el timbre y al final ya no había podido más. Y te lo contaba así, con la dignidad por los suelos, y yo la miraba y pensaba que su dignidad era tan grande por estar contándomelo y por sonreir cada vez que me veía llegar. Ella era digna, por defecto.



El día que mis hermanas y yo vaciamos su piso, porque se iba a la residencia, lloramos. No se había muerto, pero empezó a hacerlo aunque nosotras no lo sabíamos. Quizá lo intuíamos. Ojalá hubiéramos podido cuidarla en casa, en la suya o en la nuestra. Sé que nos sintió cerca, sé que se sintió queridísima, sé que lo hicimos lo mejor que pudimos y que fuimos a visitarla mucho (aunque yo los últimos meses de su vida fuí poco, porque no quería que supiera que yo no estaba bien, porque no quería que inspeccionara mi peluca, porque no podía arrastrar la silla sólo con el brazo izquierdo). Ojalá hubiéramos podido cuidarla en casa.

La mayoría de nosotros queremos ser padres, algunos de los que leéis esto ya lo sois. Imaginad que un día, estos niños a los que amáis con locura y cuidáis con devoción, os abandonan.
Hay señores (y señoras) mayores que son muy pesaditos, sí señor, y muy gruñones, pero que pueden andar y no necesitan una "grúa" que les levante de la silla y les siente en un inodoro. Hay casos en los que una residencia es la única opción, a veces necesitan unos cuidados que no se les pueden dar en casa, a veces pasa.
Si sois como mis amigos y algún día os encontráis con el dilema RESIDENCIA, imaginad que sois los actores principales de una película, ¿tenéis otra opción?, ¿qué querría el público?. Ese viejo que estáis encerrando un día os acunó y pensó que erais lo más grande de su vida. Ese viejo sólo necesita sentirse útil, dadle un proyecto, decidle que le queréis, ... cuidadle, buscadle un sitio, o hacedselo si no existe aún, que no es un sofá que o cabe en tu salón o lo bajas al container.

El otro día hablábamos con Raquel y Sara, ... que para escribir no hay que tener ni tabúes ni tapujos. Hoy no he tenido ninguno.

Id al cine... y sinó, luego no lloréis.








1 comentario:

  1. Cari, estic totalment d'acord amb tu.
    M'encanta aquesta foto.
    Jo també trobo a faltar molt a la iaia. Era tan feliç amb tan poc...

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