Avui és el dia.

Avui és el dia.
"Sing, sing at the top of your voice, Love without fear in your heart. Feel, feel like you still have a choice...If we all light up we can scare away the dark"

lunes, 31 de octubre de 2016

"La mierda que ensucia el otoño" seria un títol massa heavy? ... BY LAIA


Anava a escriure sobre com m'agrada la tardor, que m'encanta! Sobre els colors del foc que s'escampen per tot arreu i l'olor de llenya dels poblets catalans... 
Però no, ja no puc perquè m'estan tocant molt els ous!

Este fin de semana le reventaron los cristales del coche a una persona de mi família. Escribo en castellano para que me entienda todo el mundo, TODO EL PUTO MUNDO. Porque estoy muy cansada de esta guerra política que salpica a la sociedad y le hace creer que estamos luchando por delimitar fronteras o lenguas, cuando en realidad lo que hacen es pelearse por la pasta y un puñado de ideas retrógradas que no nos dejan avanzar (ni evolucionar). Así de cutre lo veo yo. Es muy muy triste. Y no me estoy "metiendo" con los españolistas que nos rechazan e insultan por el hecho de ser catalanes y querer un gobierno independiente para nuestro pequeño país, esta vez no, me estoy cabreando con los catalanistas extremos, xenófobos e intolerantes. 
Le rompieron los cristales del coche con un par de pedruscos que le dejaron de recuerdo en el asiento,... no se llevaron nada. No le robaron nada. Sólo le rompieron el cristal porque su coche lleva una M, una maldita M de Madrid, ... Maldita M, he dicho, no maldito Madrid. Porque yo no diría jamás semejante barbaridad; ni yo ni nadie a quien yo quiera (espero). Porque yo juzgo a la gente por cómo es, por cómo piensa, por lo que me da o lo que me hace sentir. Nunca por la lengua que hablan, su país de orígen o el color de su piel. Esto que parece tan obvio a estas alturas, no lo es. Sigue habiendo gente que se cree con el derecho de romper un cristal, saliendo de un partido del Barça, de un coche que lleva una matrícula de Madrid. Se me ocurren muchísimos insultos pero no me quitan la rabia, así que os los ahorro. 
Jordi es catalán (y catalanista), es nacido en Catalunya y crecido aquí. Es pacífico... y se le empañan los ojos cuando el Barça es campeón. Se compró un coche de segunda mano hace unas semanas, con matrícula de Madrid. "Li haurem d'enganxar unes estelades perquè no me'l cremin", bromeó entonces. La semana pasada aparcó el coche cerca del Camp Nou y el sábado, día en que su querido equipo jugaba en su propio campo, algún gilipollas le rompió los cristales delantero y lateral por llevar una M, creyéndose que era de Madrid el propietario, pero es que eso es lo de menos. DA IGUAL DÓNDE HAYAS NACIDO Y DEL EQUIPO QUE SEAS, DA IGUAL EN QUÉ JODIDA LENGUA HABLES; lo que no da igual es ser tan desgraciado y tener una mente tan cerrada. ¡Qué lástima!

Y no, no entiendo de política, pero entiendo de personas y esta gente no lo son. 

viernes, 21 de octubre de 2016

jueves, 6 de octubre de 2016

Buscando la luz... BY LAIA

No sé si alguna vez os habéis despertado a media noche buscando la luz. A mi me pasa a veces, que me levanto y no sé dónde estoy; me pasa más en épocas como ésta, en que he dormido en tres habitaciones distintas en tres semanas... y parece que cuando pongo un pie en el suelo no me termino de ubicar.

De madrugada, te despiertas comiéndote la pared de al lado de la cama porque la creías en el otro lado o has calculado mal la distancia, porque dónde solías dormir no tenías pared a la izquierda, o la tenías más lejos... o lo tenías a él más cerca. 

La noche nos confunde, el sueño nos altera y nos transporta y el despertar nos devuelve a la realidad a la que pertenecemos, a veces de forma más amable que otras. 

Intentar alcanzar un interruptor con el brazo, moverlo arriba y abajo, a la derecha... ¿dónde está?... Apoyar el pie en el suelo y a los dos pasos chocar con una mesita que no estaba, o darse de morros con un armario. Cosas que pasan cuando te despiertas en un lugar en el que no estás acostumbrada a despertar.

A media noche... buscando la realidad, intentando tocar un pedazo de algo que nos diga que estamos en casa. En esa casa en la que podíamos avanzar a oscuras y andar sin contar los pasos y encontrar lo que amábamos al otro lado del colchón.

A veces, de noche, me despierto perdida y no sé dónde está la luz. 
Ni dónde estás tú.