Pido perdón, igual que Orozco en su canción, a nuestro blog
por tenerlo abandonado desde hace tantos días. ¡La culpa es del taller de
escritura que me tiene monopolizada!, en
lo que a escribir se refiere, se entiende.
Los culpables con cara y ojos de mi abandono a “les arrugues”,
abandono temporal y pasajero -lo juro y perjuro- son un grupo más que
interesante y variopinto capitaneado igual que nuestros queridos “poetas
muertos” por una profesora anárquica, que nació con un espejo en lugar de cara, y
que nos refleja, con la primera palabra de cada jueves, su estado anímico, que
varía bastante dependiendo del día (aunque lo disimula o lo intenta bastante
bién). Tenemos desde una mujer con cara de niña y nombre de actriz, que esconde
más de lo que habla, a un heavyata con fondo demasiado romántico para
parecernos “duro”, o una mami con mucho pasado (y mucha guerra), algún obseso
del tiempo verbal que siempre me arranca una sonrisa, timidísimos novelistas
que no siempre tienen palabras que mostrarnos, aunque lo bueno se dosifica por
supuesto; jamoneros, médicos, psicólogos y algún pirata cojo seguro que
también... y por supuesto escritores (no todos con suficiente edad para
frustrarse, la mayoría con demasiada esperanza como para rendirse).
Ahora han llegado “los nuevos”, que parece que no son tan
intrusos como siempre nos parecen los recién llegados y que tiene leña para
echarle a la hoguera del “Aula” ... leña de buenos árboles.
A parte del tema éste del taller tengo que confesar que con
la primavera tengo la mente algo dispersa, que los colores me distraen y el sol
me calienta... sí, también la cabeza y me cuesta pensar, aunque por las noches
estoy pletórica eh! ¡eso sí! Por las noches venga a dar por ahí, que ésta
pasada, aunque me acosté más tarde de lo habitual, pués mira, que la niña no tenía
sueño, y sí demasiadas cosas en las que pensar como para ponerse a dormir, ¡que
no estoy yo para dormir!. Mi cabeza se pone como loca con el roce de la almohada
y no hay quien la pare. Manda huevos, esta mañana por descontado quería estampar
el despertador contra algún sitio muy duro
que lo destrozara por completo.
Normalmente escribo en catalán pero como tengo la suerte de
ser bilingüe y algunos amigos que lo preferiran hoy he cambiado, que es bueno de vez en cuando cambiar algo de nuestra rutina.
Y ya que me siento inspirada y me he lanzado de nuevo a la
aventura de "les arrugues", aprovecharé esta entrada para, al igual que en los
Goya, hacer unos agradecimientos, que hoy me siento afortunada, ¡ándele guey!,
a los hombres que te dejan muda (taréa ratito complicada) con un piropo
precioso, con una sonrisa sincera y una mirada fogosa, con un abrazo al llegar
al bar y también gracias a las amigas que aún estando lejos ESTAN, gracias a las que
han vuelto, a las que siguen allí. A
ellos, hombres encantadores y mujeres valientes GRACIAS DE CORAZÓN.
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