En las últimas semanas han llegado a mis oídos dos noticias que me han hecho replantearme hasta dónde puede llegar la maldad humana: un hombre que arrojó tres cachorros a una balsa de alquitrán para deshacerse de ellos y otro que, al enfadarse con su perro, lo encerró en un garaje como castigo y lo dejó morir de hambre. Nunca he sido muy partidaria del "ojo por ojo, diente por diente" pero ante semejantes hechos les desearía a los responsables que probaran ese mismo sufrimiento que han causado, ante estos personajes toda mi empatía desaparece y solo les deseo mal. Porque lo que hacen estos sujetos (no puedo llamarles personas) es un abuso de confianza, de fuerza, de poder. Y eso siempre me ha indignado y siempre me indignará. Cuando una relación es desigual el abuso es imperdonable y cuando ese abuso es hacia quien deberías cuidar, mimar y querer, se convierte en la peor traición. El perro es el animal más fiel que existe y para él su dueño es lo más maravilloso del mundo mundial, de hecho su dueño es el protagonista de su vida, su guía, su compañero, su amigo, su padre. El vínculo entre un perro y su dueño es muy fuerte, para mi casi sagrado, y traicionarlo por caprichos, comodidades o enfados es rastrero e imperdonable. Quien hace eso no tiene corazón o lo tiene seco y lleno de amargura. En estos casos, como en tantos otros, el hecho de SER humano, no denota ninguna superioridad respecto al SER animal, porque el humano está lleno de un odio, de un egoísmo y de una crueldad que el animal desconoce. Me duele en el alma imaginarme a esos pobres perros ignorantes de la trampa mortal que les aguardaba. No puedo ni quiero entenderlo, esa maldad no existe en mi cabeza ni en mi corazón, porque para mi no hay un amor más puro, más sincero e incondicional que el que te regala un perro. Desde el primer día y para siempre, sin condiciones ni chantajes, hagas lo que hagas, les des más o les des menos, ellos siempre están de tu lado. Todos los días. Sin fallo. Desde que Meiga llegó a mi vida no ha habido un día en que no me haya hecho sonreir y sentirme afortunada por compartir la vida con ella. Decidme de qué persona podéis decir lo mismo. Que nunca os ha fallado, que siempre se ha alegrado de veros y os ha recibido con una sonrisa (o un meneo de cola), que montan una fiesta cuando llegáis a casa y os hacen sentir que sois lo más guai que existe. Sólo ellos son capaces de ser tan generosos y regalar amor a cambio de nada. Y con todo esto no quiero decir que me importe más este sufrimiento que el sufrimiento humano, ya sé que hay mucha gente en el mundo que sufre injustamente. Lo que quiero decir es que este sufrimiento TAMBIÉN me importa mucho, que no puedo mostrarme indiferente ante él y que la "justicia" debería tomar estos hechos como los delitos que son y castigar a los responsables. Porque la impunidad hacia las personas que maltratan a los animales es como darles carta blanca para hacer de ellos lo que les venga en gana y, si eso cambiara, a lo mejor los próximos se lo pensarían dos veces.
Dedicado a Meiga, a Perico, a Socio, a Yaco, a Duna, a Thor, a Nela, a Rumba, a Ciro, a Birra, a Txeco, a Bulma... Gracias por hacer mi vida más bonita.
Anava a dir alguna cosa però per deixar anar improperis prefereixo gratar el cap del meu gos. Au !
ResponderEliminarMolt bona opció Clara! Segur que en Robin hi està més que d'acord!
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